"LA BRUJA MANDRUJA" (4)Celia Blanco Medina
Collage. Témpera sobre cartón.
SA. 09/04/2009
Había una vez, hace mucho tiempo, una bruja de nombre Mandruja.
Mandruja vivía en lo más profundo de un bosque atravesado por un gran río. Vivía en una casa desastrosa hecha dentro del viejo tronco de un árbol. Allí hacía todas sus pociones y encantamientos.
Junto con ella, como mascota,vivía un cuervo. Su nombre era Torbisco.
Cierto día, Mandruja, se levantó muy temprano y se puso a cabilar sobre las fechorías que podría hacerles a los habitantes de la aldea más próxima.
Cuando Mandruja se disponía a hacer un brebaje con la intención de secar los sembrados, notó un fuerte rugir de tripas.
-¡Qué hambre tengo!... -pensó Mandruja- ¡Claro!, solamente tomé para desayunar un pinchito de alas de murciélago...
Como era tal el hambre que tenía, comenzó a comer todos los dulces que guardaba en su despensa.
Después de un rato, un fuerte dolor de tripa hizo que abandonara la idea de hacer más fechorías durante ese día.
Mandruja, con fuertes dolores, se tumbó en la cama y llamó, con voz estridente, a su cuervo:
-¡Torbisco! ¡Ven aquí ahora mismo!...
El cuervo, asustado por el grito de la bruja, entró rápidamente por la ventana su dormitorio.
-¿Qué quieres?, mala pécora...
-Quiero que me prepares cuanto antes una tisana para curarme este fuerte dolor de barriga.
El cuervo Torbisco entró en la cocina y le preparó rápidamente la tisana a la Bruja Mandruja.
Cuando estuvo bien caliente, se la llevó a la bruja y, mirándole a los ojos, le dijo:
-¡Toma!, vieja bruja. Aquí tienes tu tisana de hierbas. Solo te la daré si me prometes que hoy no harás más maldades.
-De acuero, lo prometo. Por hoy, no haré más picias... Vamos, ¡dame la tisana!
-No sé si fiarme... ¡Bruja bicha!... Está bien... ¡Aquí tiene!
Mientras Torbisco salía de la habitación de la bruja, ella murmuraba entre sorbo y sorbo.
-Hoy no haré mas fechorías, ni pociones, ni brebajes, ni nada de nada; pero... ¡Ya veréis mañana!... ¡Je, je, je!
Celia Blanco Medina
Salamanca, 8 de octubre de 2008
Mandruja vivía en lo más profundo de un bosque atravesado por un gran río. Vivía en una casa desastrosa hecha dentro del viejo tronco de un árbol. Allí hacía todas sus pociones y encantamientos.
Junto con ella, como mascota,vivía un cuervo. Su nombre era Torbisco.
Cierto día, Mandruja, se levantó muy temprano y se puso a cabilar sobre las fechorías que podría hacerles a los habitantes de la aldea más próxima.
Cuando Mandruja se disponía a hacer un brebaje con la intención de secar los sembrados, notó un fuerte rugir de tripas.
-¡Qué hambre tengo!... -pensó Mandruja- ¡Claro!, solamente tomé para desayunar un pinchito de alas de murciélago...
Como era tal el hambre que tenía, comenzó a comer todos los dulces que guardaba en su despensa.
Después de un rato, un fuerte dolor de tripa hizo que abandonara la idea de hacer más fechorías durante ese día.
Mandruja, con fuertes dolores, se tumbó en la cama y llamó, con voz estridente, a su cuervo:
-¡Torbisco! ¡Ven aquí ahora mismo!...
El cuervo, asustado por el grito de la bruja, entró rápidamente por la ventana su dormitorio.
-¿Qué quieres?, mala pécora...
-Quiero que me prepares cuanto antes una tisana para curarme este fuerte dolor de barriga.
El cuervo Torbisco entró en la cocina y le preparó rápidamente la tisana a la Bruja Mandruja.
Cuando estuvo bien caliente, se la llevó a la bruja y, mirándole a los ojos, le dijo:
-¡Toma!, vieja bruja. Aquí tienes tu tisana de hierbas. Solo te la daré si me prometes que hoy no harás más maldades.
-De acuero, lo prometo. Por hoy, no haré más picias... Vamos, ¡dame la tisana!
-No sé si fiarme... ¡Bruja bicha!... Está bien... ¡Aquí tiene!
Mientras Torbisco salía de la habitación de la bruja, ella murmuraba entre sorbo y sorbo.
-Hoy no haré mas fechorías, ni pociones, ni brebajes, ni nada de nada; pero... ¡Ya veréis mañana!... ¡Je, je, je!
Celia Blanco Medina
Salamanca, 8 de octubre de 2008
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